Un informe elaborado en base a la última encuesta nacional de nutrición revela notables diferencias entre provincias en conceptos como desnutrición, obesidad y anemia, además de cuestionar la eficacia de los sucesivos planes alimentarios. Santa Fe figura entre las regiones con mayor desnutrición crónica pero también con obesidad. El aporte de programas oficiales y voces y propuestas de la sociedad civil.
"Inequidades nutricionales entre provincias" es el título de uno de los informes elaborados por el Programa de Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), una ONG con sede en Buenos Aires que analizó las diferencias entre regiones en base a los datos aportados por la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2005) a partir de conceptos como anemia, desnutrición, sobrepeso y obesidad. Santa Fe figura en varios ítems del informe, que fue difundido días atrás: así, con respecto a la desnutrición crónica, la diferencia se triplica entre Río Negro, con 2.2, frente a nuestra provincia, con 6.3. En cuanto a obesidad, la brecha es de casi 9 veces entre Chaco, con 1.9 y Santa Fe, con 8.6.
Si se aborda por regiones, se tiene que en la zona Pampeana (Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe) se mantiene en altos niveles la problemática de la desnutrición crónica, mientras la obesidad se muestra como predominante con proporciones similares a la región de Cuyo y el Gran Buenos Aires.
Otra conclusión a la que llega el equipo es que, "los programas alimentarios nacionales han sido parte del presupuesto nacional. Esto implica que, más allá del éxito de las intervenciones, el acceso a la alimentación de los sectores más vulnerables es en nuestro país una política de Estado". Sin embargo, "luego de 25 años de intervenciones en materia alimentaria, las deficiencias nutricionales son una problemática a resolver. Aún hoy, uno de los desafíos más importantes es identificar los mecanismos eficaces que permitan transferir capacidades a los beneficiarios más allá de la duración de los programas".
Dos experiencias oficiales
Dentro de la Dirección de Asistencia Crítica del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia operan -entre otros- el programa Nutrir Más, destinado a la población de 0 a 6 años con desnutrición, y el proyecto Familias y Nutrición, que se concreta en once localidades del norte y sur santafesino -aunque no en esta ciudad- también con niños de corta edad como principales destinatarios.
Inés Medina es nutricionista y referente de este último, cuyo objetivo es fortalecer a la familia como institución básica donde el niño pueda criarse. Para ello se trabaja con todo el grupo familiar, sin contraprestación económica pero en áreas como nutrición, el juego, la lectura, la crianza y las redes. "La experiencia es muy enriquecedora por la forma en que el proyecto ha logrado instalarse, con espacios semanales de los que las familias se han ido apropiando".
Es distinto de Nutrir Más, programa que tiene a la psicóloga Analía Monsalvo como referente. En este caso se trabaja en conjunto con el Ministerio de Salud, vinculación que resulta fundamental porque es en los centros de salud donde se detectan los casos de peso y talla por debajo de lo normal y, a partir de allí, se incluye a las familias en talleres de capacitación y controles médicos mensuales como condiciones para acceder a la contraprestación económica de cien pesos. La población a la que se destina es la de cero a 6 años. Actualmente hay 1.900 chicos de la ciudad en el programa, y 9.000 en todo el territorio provincial. En los talleres "se ofrecen herramientas para todo el grupo familiar", de manera que cuando el niño egresa del programa -por recuperación o por tener 6 años- se pueda sostener.
"No bajar la guardia"
En 2006, el Movimiento Los Sin Techo hizo una evaluación nutricional de los 600 chicos y chicas, de 2 a 4 años, que asistían a sus 16 jardines, diseminados por distintos barrios de la ciudad. Se concluyó que entre marzo y agosto la cantidad de chicos con desnutrición había descendido del 25 al 15 por ciento, con un tratamiento integral y alimentos adecuados a sus necesidades, pero también con un seguimiento y contacto con los padres.
Jorge Jourdán, integrante del movimiento, consideró que comprender la problemática de la alimentación implica reconocer que es un problema "multicausal y no solamente de comida", porque tiene que ver con una cuestión cultural ya que "no cualquier producto gusta a los chicos, por lo que hay un proceso de adaptación a los alimentos que pueden tener valor nutritivo y culturalmente no están incorporados, como las frutas o el pescado".
A su vez, apunta que "hay un problema cultural de la familia que no valora que el chico esté bien alimentado y a veces le puede resultar lo mismo que vaya o no al jardín. La madre baja la guardia y piensa que lo que su hijo recibe es bueno pero no tan importante". Aún así, sostiene que "hay que acompañar a las familias que también son el resultado de esta cultura, y no juzgarlas".
Para Jourdán es fundamental "no bajar los brazos y decir que no hay desnutrición, sino que éste tiene que ser un índice que nos conmueva". Además, consideró fundamental que el Estado reconozca que "solo no puede" y se abra a las instituciones que tienen experiencia en el tema, porque "a pesar de los esfuerzos que hace, hay población infantil que queda afuera y que cuando se va a atender, ya es tarde".
A pocos días de celebrarse el Día del Niño, Jourdán insiste en que en el siglo XXI las campañas y celebraciones deberían tener como eje un mayor apoyo a objetivos concretos como las metas del milenio Hambre Cero y que los chicos terminen la escuela , "con un grado de conocimiento acorde a este momento y no solamente con un certificado de 7´".
Otro emergente, la obesidad
Milagros Ferrando es Lic. en Nutrición y trabaja tanto en el sector público como en el privado. Desde esa perspectiva evalúa que el tema de la obesidad se ha convertido en un problema de salud pública que afecta tanto a la población de nivel socioeconómico alto como bajo, y esta situación tiene que ver con varios factores: "Si bien puede haber una predisposición genética, se necesita un ambiente que ayude a que ese gen se exprese. Y todo el ambiente en la sociedad actual está orientado a la obesidad".
Sin embargo, considera que abordar este tema no es una necesidad sentida de la comunidad; "entre los niveles socioeconómicos más bajos, el tema del chico gordito no está reconocido como un problema de salud y no se relaciona con una enfermedad"
Precisamente, en su informe el Cippec coincide en que "existen miradas especializadas que intentan poner el acento en la no asociación mecánica entre pobreza-desnutrición y obesidad-opulencia". Y aporta: "la obesidad es un producto de la malnutrición. Los sectores de menores recursos logran acceder a alimentos cuantitativa y cualitativamente inadecuados. La alimentación está compuesta mayormente por hidratos de carbonos (cereales y pan) y productos concentrados en azúcares y grasas de origen animal omitiendo las frutas, hortalizas, lácteos y aceites vegetales".
¿Por qué es importante considerar el sobrepeso como un problema? Para Ferrando, es claro que "los chicos con sobrepeso u obesidad van a ser adultos obesos que van a tener en su adultez temprana problemas cardiovasculares o diabetes. Incluso en niveles más altos, se va dejando pasar y luego son adultos jóvenes con un sobrepeso que cuesta revertir porque los hábitos alimentarios son malos, y manifiestan estas enfermedades que van a significar un costo para el Estado".
Para el Cippec, favorecer un rol "activo y responsable" de las familias en la práctica de la nutrición es fundamental, al igual que "políticas públicas que brinden a la población independencia y educación para la adquisición y provisión de alimentos, capacidad de adquirir los alimentos y un ambiente adecuado para el desarrollo del niño/adulto que los predispongan para el disfrute de la comida".
Qué es Cippec
El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) es una organización independiente y sin fines de lucro "que trabaja por un Estado justo, democrático y eficiente que mejore la vida de las personas", tal cual expone en su página web: www.cippec.org, donde puede consultarse el informe sobre Inequidades nutricionales entre las provincias y un exhaustivo repaso por las políticas oficiales en materia de asistencia alimentaria.
Comer en casa
Programas focalizados y mucho trabajo con las familias son dos de las propuestas que plantea la presidenta de la Federación de Vecinales, Mónica Ledesma. Para la dirigente "hay que superar la etapa de los comedores comunitarios e instrumentar el programa de la vuelta a comer en casa, pero no sólo por motivos nutricionales, sino por todo lo que tiene que ver con el entorno, con que las madres adquieran nociones nutricionales, y responsabilidad y respeto de sus hijos". Admite, sin embargo, que para que esto sea posible, "hay que facilitar a esas familias el acceso a los bienes que implican darle de comer a los hijos; además, comer en la casa hace a la dignidad".
"Tendríamos que saber cuál es el estado nutricional de los chicos carecientes y el de los que no lo son". Para ello postula un trabajo conjunto entre los organismos que tienen vinculación con el tema. "Creo que se han invertido muchísimos recursos en programas sociales y los resultados no son los que hubiéramos podido esperar".
"Hay comedores que trabajan muy bien -reconoció- pero es necesario trascender esta historia y es medular volver a comer en la casa y que las familias reciban los recursos para darles de comer a sus hijos. Habrá que ver el camino para conseguirlo, pero hay que empezar", afirmó.
Fuente: El Litoral
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/08/05/politica/POLI-07.html