A 11 años de la muerte del Padre Atilio Rosso

El pasado viernes 23 de abril se cumplieron 11 años del fallecimiento del sacerdote Atilio Rosso, fundador del Movimiento Los Sin Techo y luchador incansable contra la pobreza en los barrios carenciados de Santa Fe. Su recuerdo sigue vivo en la mente de sus excolaboradores en la agrupación y UNO recopiló lo más importante de la obra del sacerdote.

Su legado siempre estará ligado a su vocación como referente de la lucha contra la marginalidad que se vive en los barrios más carenciados de la ciudad. En su labor, fundó hace más de 15 años lo que fue una agrupación que marcó y marca huella en la inclusión de personas en situación de pobreza: el Movimiento Los Sin Techo.

La labor social del sacerdote beneficia directamente a más de 7.000 familias –unas 30.000 personas– con programas de erradicación de ranchos, construcción de unidades sanitarias, provisión de agua potable y servicios de salud, capacitación de adultos, alimentación infantil, entre otros.

UNO Santa Fe dialogó con José Luis Zalazar, responsable de Hábitat del movimiento, quien recordando al cura Atilio Rosso manifestó: "Para nosotros fue una síntesis del amor al prójimo. Atilio fue una persona profundamente cristiana, amó a la Iglesia y murió por ella. Una persona intelectualmente muy sólida, muy fuerte, con mucho corazón pero también con mucha ciencia. Él pensaba 10 o 15 años por delante de nosotros".

Nació en Leones, provincia de Córdoba un 23 de noviembre de 1929. Realizó sus estudios en el Colegio La Salle de Córdoba. Estudió en la facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral, donde se graduó como doctor en Química. Ingresó al Seminario y luego concluyó sus estudios en el Colegio Pío Latino Americano. Se ordenó de sacerdote y asumió como rector del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe y más adelante también como párroco de Monte Vera.

En su paso por la facultad, Rosso tomó un activo rol en el movimiento estudiantil de la década de los 50. Con la misma pasión, sensibilidad y entrega que pondría en el futuro por otros objetivos, se comprometió con los problemas universitarios de la época. Pero también dedicó gran parte de sí al trabajo social en los barrios más pobres de Santa Fe.

"Yo creo que el poder político y la sociedad en su conjunto no lo reconoció, en su momento y post mortem. De otra forma, en aquella época hubiera habido acciones más profundas para seguir con su legado. Nosotros estamos para eso, sin renunciar nunca a lo que estamos haciendo", sostuvo Zalazar con respecto al poco reconocimiento a la obra del sacerdote.

 

"Era un sacerdote humano"

Consultado por la vida diaria del sacerdote, Zalazar destacó: "Quería mucho a sus amigos e iba constantemente a sus casas. Era un sacerdote humano, con los pies en la tierra y el corazón y la mente en el cielo. Andaba sin clériman, porque no le hacía falta, era un sacerdote humano".

"Yo lo disfruté mucho. Aprendí mucho, para mi vida fue una síntesis el hecho de reconocer al otro, eso me retumba en la mente para hacer algo por el otro cada día de mi vida. Era un tipo militante de la Resurrección de Jesucristo. Atilio decía siempre: nos vamos a encontrar. Yo los voy a bendecir, pero sigan luchando y no bajen los brazos", concluyó.

Al morir Atilio Rosso, un 23 de abril de 2010, nació un mito entre los sectores más postergados, en las barriadas populosas como Loyola, Los Hornos, San Agustín, Alto Verde o Barranquitas, donde se lo recuerda con cariño, con fotos y cuadros colgados que muestran su rostro sereno, su expresión basada en una profunda creencia espiritual.

MOVIMIENTO LOS SIN TECHO

San Jerónimo 3328

(3000) Santa Fe - Argentina

 

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