Se trata del establecimiento Nº 1.491 Nuestra Señora de Los Sin Techo, en San Agustín. Delincuentes desvalijaron la sala y la cocina, donde todos los días se elabora la comida para los pibes del barrio.
Durante lo que resta de enero, 30 chicos que iban a almorzar todos los días al jardín Nº 1.491 Nuestra Señora de Los Sin Techo, en San Agustín, ya no podrán hacerlo. Es que este lunes, a las 8, cuando las cocineras de la institución llegaron para realizar su trabajo diario se econtraron con el peor escenario: habían saqueado el lugar.
La directora del jardín, Silvana Mana, en diálogo con Diario UNO, presume que el robo ocurrió “el sabado durante el temporal” porque todo estaba en orden hasta el viernes cuando se retiraron de las instalaciones.
Los delincuentes rompieron la puerta principal, las cerraduras y las rejas para lograr su cometido. Una vez adentro tuvieron todo el tiempo para llevarse elementos imprescindibles para que el lugar funcione : el freezer y la heladera (con todos los alimentos), garrafas, ollas, cubiertos, platos, cubiertos y una multiprocesadora, entre otras cosas. Las cocineras se quedaron sin sus herramientas y los chicos del humilde barrio sin la comida que reciben a diario (quizás su única comida del día).
Pero la faena de los ladrones no terminó ahí, además sustrajeron un radiograbador, una computadora , material didáctico y hasta 10 o 15 sillitas. “Nos desvalijaron”, contó consternada la directora del jardín.
Además, los malvivientes arrojaron arena para, según la policía del barrio, “no dejar huellas”.
Suspensión
Ante este panorama desolador, a las autoridades no les quedó otra que cerrar la sala. “Ahora tenemos que reponer todas las cosas para volver a funcionar. Nosotros somos una ONG que no recibe subsidios, solo llegan algunas ayudas. Además, no cobramos ni cuotas, ni bonos, porque quienes asisten viven en la extrema pobreza. Hoy no tenemos los recursos para comprar un freezer o una heladera. Tenemos una gran impotencia porque al fin de cuentas se atacan entre ellos”, afirmó Silvana Mana.
La situación es tan difícil como fue ayer decirles a los chicos que llegaron al jardín que estaba cerrado por el robo. Cuando les avisaron que “hasta nuevo aviso” no se iba a dar el almuerzo, “las caritas eran solo de desilusión”.
A patir de ayer, la Ong ya trabaja para poner a punto la sala porque en febrero termina el receso y vuelven las actividades normales en el jardín. “Es una cachetada pero no queda otra que reponerse. Los chicos no tiene la culpa de esto”, finalizó Mana.