El Movimiento Los Sin Techo cuenta con dos jardines de infantes a los que concurren alrededor de 500 niñas y niños de tres, cuatro y cinco años. En septiembre cumplirán dos décadas de trabajo con un proyecto innovador y único en la región; y la celebración comenzará el miércoles con una intervención en la costanera.
“Nosotros le mostramos a los chicos otras cosas y vemos que ellos pueden insertarse igual que cualquier otro niño. Hay que darles las mismas posibilidades para que puedan ser profesionales y trabajadores para que no vivan del cirujeo”, marcó Silvana Mana, directora del jardín Nº 1491.
Los Sin Techo crearon dos jardines –con un total de 18 salas– que hoy dependen del Ministerio de Educación de la provincia. Se trata del Nº 1.491 Nuestra Señora de Los Sin Techo que tiene salas en San Agustín, Abasto, La Ranita, Pompeya, Las Lomas, Loyola y el barrio Chaqueño; y el Nº 1.492 Divino Niño con aulas en Barranquitas, Los Hornos, San Pantaleón, Alto Verde, Chalet, Centenario y Arenales.ç
El 28 de mayo, que es el Día de los Jardines de Infantes, los alumnos de las dos instituciones creadas por la entidad que dirigía el padre Atilio Rosso realizarán una celebración en la costanera oeste. “Vamos a hacer trabajos recreativos y una intervención porque los chicos estuvieron trabajando sobre distintos conceptos que van a poder aplicar”, destacó en diálogo con Educación, Mana.
Un proyecto especial Los dos jardines tienen un proyecto pedagógico institucional especial que promueve las Inteligencias Múltiples –aplicado en Reggio Emilia, Italia– y que ha logrado importantes progresos en los chicos. “Lo que hacemos es darle prioridad a la creatividad del alumno. El niño llega al jardín con alguna inquietud de algo que vio en una revista, cartel o en cualquier lado. Desde ahí se empieza a trabajar con todos los chicos”, explicó.
Cada sala cuenta con distintos rincones en los que los pequeños alumnos pueden expresarse y desarrollar habilidades. Hay un rincón de lectura, otro de arte, otro lógico matemático, de dramatizaciones y de teatro. “Cada niño elige un rincón para ir a trabajar. Se respeta la creatividad de cada uno”, detalló la educadora y añadió que de ahí surgen proyecto interesantes que realiza toda la sala. La tarea se basa en la escucha atenta de los niños a los que después se acompaña en la comprobación de hipótesis para consolidar el conocimiento. Ha sido un trabajo de 20 años el que ha logrado que esto pueda aplicarse y, en ese camino, ha sido central la capacitación y predisposición de las docentes que han dejado de lado viejos paradigmas. El resultado ha sido positivo.
“Tenemos una realidad muy distinta a la de antes. Vemos que ahora son chicos mucho más creativos, independientes y con opiniones propias. Antes eran retraídos y no hablaban. Con la pedagogía clásica los alumnos están sentados y el maestro es el que da la clase enfrente. Ahora eso ha cambiado. El docente se tiene que adaptar a lo que el alumno dice. Entonces ellos participan mucho más y, a través de la creatividad, han desarrollado las habilidades cognitivas. Eso es importante en los chicos de estos barrios. A estos nenes hay que pedirles mucho y más porque tienen un potencial oculto”, resaltó. Y continuó: “Cuando se insertan en las escuelas comunes las mismas docentes nos dicen que están asombradas de la preparación que tienen. Alguno llegan ya sabiendo escribir su nombre, suman y manejan a la perfección el material concreto. Eso es una ayuda muy importante para sus vidas”. En ese sentido, comentó que en el marco de las actividades por los 20 años de los jardines están elaborando un libro que retoma las historias de distintos egresados y han detectado que hay un importante número que está en la secundaria. “Eso es un orgullo. Que hayan salido de las villas para ir a la escuela es muy emocionante.
Fuente: Diario UNO